EFICIENCIA ENERGÉTICA PASIVA

El factor de forma del edificio es la relación entre la superficie de la envolvente térmica (en contacto con el exterior o con espacios no habitables) y con el volumen máximo del edificio. En climas extremos, minimizar la superficie de la piel del edificio permite disminuir las demandas energéticas de calefacción y refrigeración. En  climas suaves el incremento de superficie respecto al volumen a contener disminuirá la demanda energética.

Es necesario controlar con protecciones solares la radiación solar en las fachadas sur, este y oeste en verano, primavera y otoño. En invierno, esta radiación calentará gratuitamente el interior, reduciendo la necesidad de calefacción. La cubierta tiene grandes ganancias térmicas en verano, por lo que hace falta minimizar las oberturas en la cubierta, no protegidas por elementos de sombra.

La capacidad de ventilación natural consiste en la situación de obertura en fachadas opuestas para poder generar una ventilación cruzada a ambos lados de la casa.

Para una buena estanquidad al aire hace falta crear una envolvente ininterrumpida que sea estanca a su paso. Los materiales deben ser herméticos, pero también transpirables, evitar el paso de aire, pero permitir el paso del vapor de agua de forma controlada.